Victoria (29 años): 

Recibe Tratamiento Reiki

Se inicia en Reiki

"No tenía ilusión por nada y sentía como que no encajaba en este mundo. Sentía como si tuviera una losa sobre mí, y fui diagnosticada de depresión y ansiedad.  Llegué a pensar en numerosas ocasiones que si me muriera, no pasaría nada. Tras recibir la primera sesión de Reiki, mi vida por fin empieza a encauzarse."

 

Antes de comenzar Reiki estaba pasando por una etapa en la que no encontraba un sentido a mi vida, no tenía ilusión por nada y sentía como que no encajaba en este mundo.

 

Tras varios años sentía como si tuviera una losa sobre mí, y fui diagnosticada de depresión y ansiedad. En esos momentos estuve medicada pero yo no quería estar toda mi vida dependiendo de medicación, así que dejé el tratamiento médico, y no conseguía mejorar a pesar de seguir asistiendo al psicólogo.

 

Era consciente de que los que estaban a mí alrededor no me veían bien, ya que yo me sentía muy infeliz, muy sensible emocionalmente, y débil. Llegué a pensar en numerosas ocasiones que si me muriera, no pasaría nada. Mientras tanto, los días, meses y años transcurrían, y aunque yo misma me decía que tenía que salir del agujero, no conseguía estar en paz.

 

Me preguntaba a mí misma y no sabía por dónde tirar. Me obligaba a hacer cosas, como por ejemplo ir a yoga y leer libros de autoayuda y psicología, lo que me enseñó a controlar las continuas y frecuentes crisis de ansiedad mediante la respiración y relajación.

 

Casualmente, en una clase de yoga me hablaron de la posibilidad de recibir una sesión de Reiki, y aunque yo ya estaba iniciada en el Nivel I, hacía al menos 5 años que no había vuelto a practicar, ni a recibir.

 

Tras recibir la primera sesión de Reiki, mi vida por fin empieza a encauzarse. De pronto me sentí más liberada, como más feliz, con más fuerza. Así que decidí recibir un tratamiento de auto-depuración de Reiki.

 

Durante las sesiones siguientes sentía como si el estrés se fuera disolviendo. Más relajada, liberada y a gusto. Sentí mucha paz, y por fin me sentí como íntegra, conectada, yendo en  buena dirección.

 

Desde entonces, he sentido que comienzo a encauzar mi vida con Reiki, y noto como si la nube negra que antes sentía se va disipando. Además, me empiezo a querer a mí misma, y a tener más seguridad y autoconfianza.

 

Me he dado cuenta que la vida es cada momento, cada instante, no sólo se resume a trabajar, de modo que ahora soy capaz de desconectar de mi trabajo, y eso me permite disfrutar más del resto del día. He vuelto a sentir de nuevo ilusión por mis estudios, no como antes que me veía bloqueada. De manera, que en mi trabajo me he sentido muy a gusto, fenomenal, como nunca.

 

Empiezo a reírme por situaciones que anteriormente me hubieran superado, no dando tanta importancia a problemas, y sabiendo que en otro momento lo hubiera pasado mal.

 

Por las mañanas me levanto con más ánimo, con más paz y tranquilidad. Mis allegados me han comentado que estoy más guapa, que irradio luz en mi rostro.

 

Desde que he retomado Reiki mi vida ha dado un giro de 180º, ahora soy capaz de enfrentarme a problemas desde una visión más positiva y resolutiva, evitando la preocupación.

 

He conseguido un nuevo trabajo fuera de España (antes de tratarme con Reiki reconozco que hubiera rechazado esta oportunidad y no hubiera parado de llorar ante todos los trámites). De tal manera que lo que antes me hubiese parecido un mundo, ahora me ocupo y lo resuelvo. He vuelto a ser yo misma, a reír y a sonreír, y a disfrutar de la vida.

 

Además, estoy haciendo por quedar con la gente, retomando antiguas amistades. Me siento más abierta para hablar y encontrarme con la gente. Ahora ya no me quedo en el sillón. Estoy más activa, incluso me empiezo a cuidar, y a hacer algo de ejercicio y dieta.

 

En sólo 5 meses mi vida ha cambiado. Pero he sabido afrontar las situaciones con más tranquilidad, por ejemplo, a pesar del conflicto emocional que me provocaba la enfermedad de mi abuela (Alzheimer), tras su fallecimiento (hace 4 meses) he conseguido recordar en una sesión pensamientos súper bonitos que tenía borrados. He sentido amor, paz, calor… Me he sentido liberada de toda culpa.

 

Estoy notando un cambio grande donde antes quería tenerlo todo atado, pero ahora acepto las cosas, y eso me tranquiliza.

 

Me he dado cuenta de que tengo miles de cosas materiales que no me sirven para nada y tengo ahora la tendencia de necesitar menos, de consumir menos. Ya que si un día te vas como mi abuela, no te llevas nada.

 

He repetido el curso de Nivel I de Reiki, y desde entonces no tengo la necesidad de ver la TV. Aprovecho el tiempo de otras muchas maneras. Además, he superado mi miedo a las agujas y a la sangre. He conseguido ir sola a hacerme una analítica e incluso me he hecho hasta donante.

 

Las sesiones que he recibido después del curso de Reiki me han servido para “recargar pilas” y ayudar a darme el autotratamiento.

 

Y no he vuelto a tener ninguna crisis de ansiedad.

 

En estos momentos, me siento como observadora, viendo las cosas desde otra perspectiva, y eso me tranquiliza.

 

Aunque aún queda mucho trabajo por hacer…

 

 

Procesos de depuración

Un proceso de depuración es un síntoma físico o emocional que puede ocurrir durante un tratamiento con Reiki y nos ayuda a limpiar bloqueos energéticos y evolucionar.

 

- Más necesidad de orinar

 

 4 de agosto de 2015