Durante una sesión de Reiki, el campo biomagnético de las manos de los practicantes es por lo menos 1000 veces mayor de lo normal, y no como resultado del fluido interno del cuerpo. Toni Bunnell (1997) sugiere que la vinculación de los campos de energía entre el practicante y la tierra permite al practicante utilizar la 'fuente de energía infinita "o" campo de energía universal "a través de la Resonancia Schuman. El profesor Paul Davies y el Dr. John Gribben en The Matter Myth (1991), discuten el punto de vista de la física cuántica de un "universo viviente" en el que todo está conectado en una "red viva de interdependencia". Todo esto apoya la experiencia subjetiva de "unidad" y de "expansión de la conciencia" relacionados con quien regularmente recibe o se auto-trata con Reiki.

Zimmerman (1990) en los EE.UU. y Seto (1992) en Japón investigaron con mayor profundidad el gran campo biomagnético pulsante que se emite de las manos de los practicantes de Reiki, mientras trabajan con la energía. Descubrieron que las vibraciones se encuentran en las mismas frecuencias que las ondas cerebrales, y oscilan entre 0,3 a 30 Hz, centrándose sobre todo en 7 - 8 Hz, estado alfa. La investigación médica independiente ha demostrado que esta gama de frecuencias estimulan la curación en el cuerpo, siendo adecuadas frecuencias específicas para los diferentes tejidos. Por ejemplo, 2 Hz estimula la regeneración del nervio, el crecimiento óseo 7 Hz, la reparación del ligamento 10Hz, y 15 Hz la formación capilar. Equipos de fisioterapia basados en estos principios han sido diseñados para ayudar a la regeneración de los tejidos blandos, y la tecnología de ultrasonido se usa para despejar las arterias obstruidas y desintegrar piedras en el riñón. Además, se conoce desde hace muchos años que la colocación de una bobina eléctrica alrededor de una fractura que se niega a reparar estimula el crecimiento del hueso y la reparación.

Becker explica que las ondas cerebrales no se limitan al cerebro sino que viajan por todo el cuerpo a través del sistema peri neural, las vainas de tejido conectivo que rodea a todos los nervios. Durante el tratamiento, estas ondas comienzan como pulsos relativamente débiles en el tálamo del cerebro del practicante, y acumulan fuerza a medida que fluyen a los nervios periféricos del cuerpo, incluyendo las manos. El mismo efecto se refleja en la persona que recibe el tratamiento. Becker sugiere que este sistema es mejor que cualquier otro, ya que regula la reparación de lesiones y reequilibra el sistema. Esto pone de relieve una de las características especiales de Reiki (y las terapias similares) - que tanto el terapeuta y el cliente recibirán los beneficios del tratamiento, lo que hace que sea muy eficiente.

Es interesante anotar que el Dr. Becker llevó a cabo su estudio exponiendo una gran variedad de temas interculturales, y sin importar los sistemas de creencias o costumbres, o cómo eran de diferentes las costumbres de cada uno, todos fueron testados de la misma manera. Parte de la creciente popularidad de Reiki es que no impone un conjunto de creencias, y por lo tanto puede ser utilizado por personas de cualquier origen y fe, o ninguna en absoluto. Esta neutralidad lo hace particularmente apropiado para hospitales y cárceles.