El dolor y las emociones


Tu cuerpo te indica que algo no va bien a nivel físico haciéndote sentir dolor, de la misma forma que tu cuerpo te indica que tienes un bloqueo energético haciéndote sentir una emoción.


El dolor

Nuestro cuerpo contiene la historia de todos los acontecimientos de nuestra vida, tanto positivos como negativos, cuyo impacto se ha instalado en la memoria de nuestros tejidos celulares y nuestro campo energético.

 

El dolor es el lenguaje que usa nuestro cuerpo-mente para decirnos que algo en nosotros no funciona adecuadamente, la mayoría de las veces no le prestamos atención y entonces suceden los accidentes casuales, por ejemplo una contractura muscular que nos paraliza, sobreviene el caos y nuestras emociones se desbordan. El estrés también altera el sistema nervioso autónomo (el que regula acciones que no dependen de nuestra voluntad, por ejemplo el metabolismo) afectando directamente a músculos y órganos.

 

Ponernos en contacto con lo que sentimos nos ayudará a descifrar los sabios mensajes del cuerpo. Para ello, la terapia de Reiki puede ser una alternativa adecuada.

 

Nuestro cuerpo está lleno de sensores. Al igual que los sensores para el dolor (nuestro sistema nervioso) nos indican que algo no funciona correctamente en nuestro cuerpo físico, es lógico suponer que tenemos también sensores que nos indican que algo no funciona correctamente a nivel energético. Estos sensores son ¡Nuestras emociones!


Las emociones

Las emociones son experimentadas a lo largo de nuestra vida. Son reacciones subjetivas al entorno que conllevan una serie de cambios transitorios: fisiológicos, funcionales, endocrinos, nerviosos, mentales...

 

Al poco de nacer, empezamos a incorporar emociones básicas como la alegría, el miedo, el enfado, la tristeza e incluso la preocupación. Con el tiempo añadimos nuestras propias experiencias para valorar cada situación y responder ante ella.

 

Aunque parezca extraño, no tenemos emociones "buenas" o "malas", todo depende del juicio que se les aplica. Además, la intensidad emocional al igual que el dolor, varía de una persona a otra. Alguien puede sentir una profunda tristeza por algo ocurrido que para otra sea sencillamente irrelevante. Cuanto más intensa sea la emoción, más motivará la conducta de quien la siente.

 

Por tanto, los estímulos inducen a cambios fisiológicos en nuestro cuerpo y las emociones son sus resultados.

 

Así pues, tus emociones son una maravillosa manera de saber cómo te encuentras, te permiten estar en contacto con tu cuerpo y ayudarte a prevenir posibles enfermedades físicas, debido a que la emoción te indica que tu cuerpo no está siendo "alimentado" energéticamente de forma adecuada.


 

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(Entrevista a Takata) (Vida y Muerte)