Reiki y Dolor

Intentamos mostrar que las emociones están relacionadas con el cuerpo físico. Cuando alguien presenta un dolor, detrás se esconde una emoción no sanada. Por eso, hay quien asegura que sus dolores son mayores cuando acaban de sufrir un disgusto, están nerviosos por algo, o el estrés está presente en sus vidas.

 

Sin embargo, cuando a pesar del entorno o las situaciones, la persona se siente más tranquila, más despreocupada, suele experimentar alivio en su cuerpo. Y Reiki es un gran aliado para experimentar esa tranquilidad interior.

 


 

Inés María L. R. (26 años)

Se inicia en Reiki

 

 

Inés hizo el curso de Reiki nivel 1 de fin de semana, de forma online desde Sevilla. Y dos días después de terminarlo nos cuenta lo siguiente:

"Se me está quitando un dolor que tenía a la altura del corazón desde hace año y medio, el cual me afectó a mi vida en general. Y después de la sesión que me di ayer ¡es casi imperceptible! Estoy tan agradecida del alivio de ese dolor... 🤍🤍🤍🤍

 

 

Gracias miles a todos, a las amigas, a los maestros y al universo."

 


 

Yolanda G. G. (52 años)

Se inicia en Reiki

 

"En cuanto a mis dolores de rodillas (condropatia, no tengo casi cartílago) y lumbares (dos protrusiones) he vuelto a correr, y parece que de momento sin ninguna repercusión. 😊"

 

 


Valeriana D. C. (69 años): 

Recibe Tratamiento Reiki

 

Valeriana fue diagnosticada por los médicos de DOLOR CRÓNICO, empezó tratamiento de Reiki, y estas son algunas de sus frases:

 

- “Al principio no creía en nada de esto, ahora sí porque no estoy como estaba. Como se suele decir: Ver para creer.”

- "La Doctora me dice que ya no le digo nada del dolor, y es porque ya no me duele. - ¿Y tomas algo? - No."

- "Estoy contenta porque creí que no lo iba a conseguir. Y es increíble, sin tomar pastillas y sin nada. Creí que iba a estar ya con ese dolor toda mi vida."

 

Su Historia:

 

“No sé por qué vengo. Me lo dijo mi hija. Tengo fibromialgia (la Dra. de cabecera dice que sí, y <el hospital> dice que no) y muchos dolores, en los hombros y los dos brazos. Y también muchas enfermedades.

 

Todo empezó con los pies, me pasaba todo el día tumbada por el dolor y perdí musculatura. Me infiltraron varias veces, pero no me hizo nada, y las dejé porque dicen que descalcifica los huesos. Pero luego el dolor me subió a los hombros. Me dijeron que tenía las fibras de los hombros desgastadas. Me infiltraron de nuevo en la Unidad del dolor y mejoró un montón. Me ha quedado dolor, sobre todo en la cama que no me deja dormir.

 

Con los dolores me daban muchas pastillas, y cada vez más fuertes, pero no me hacían nada. Decidí dejarlas porque me afectaban al estómago, a pesar de tomar protector estomacal. Me han estado pinchando también. ¡He estado de conejillo de indias!

 

Hace unos meses no podía ni mover los brazos, pero con rehabilitación y pastillas mejoraron. Me dijeron los médicos que esto sería un dolor crónico. ¡Buf!”.

 

Nota: Los párrafos “entrecomillados” muestran los comentarios de Valeriana en diferentes sesiones.

 

 

Tras las primeras sesiones de Reiki que recibe Valeriana, esto es lo que dice:

-         Llevo 2 años con dolor de brazos, y tocarme la espalda con el brazo derecho antes no podía. Ahora mira… (se lleva la mano a su espalda). Siento menos dolor por las noches. Antes era un dolor constante, ahora sólo cuando hago alguna cosa, que me tira”.

 

A medida que sigue recibiendo sesiones, con el apoyo también de su hija Nines, que tiene realizados los cursos de Reiki, se va dando cuenta que el brazo que creía tener peor, es con el que antes nota alivio:

-          “Yo creía que el brazo derecho era el malo. ¡Ha sido mano de santo! Los tendones los tenía inflamados hasta el codo y me dolían, pero ahora están más aliviados. Me conformo como están”.

 

Pero aun habiendo conseguido esa mejoría, Valeriana sigue con su tratamiento, lo que le da la oportunidad de continuar mejorando:

-          “El dolor del brazo izquierdo se me ha aliviado mucho”

-          “He estado esta semana muy bien, y lo achaco a que no he tenido dolor. He estado fenomenal del brazo izquierdo, y de la parte izquierda del cuello. Desde hace 2 años no recuerdo un momento en el que no haya notado nada de dolor ahí, como esta vez. El brazo derecho me dolía siempre. No podía limpiar los cristales ni coger mucho peso”.

-          “Tengo mucho menos dolor (3/10). Antes era horrible (10/10), y empecé la terapia de Reiki con (9/10). ¡Muy contenta que estoy! Siempre duermo boca abajo, porque boca arriba me dolían los brazos antes muchísimo”.

 

Parece que la evolución de Valeriana es tan interesante, que cualquiera diría que está próxima su sanación, pero algunos indicadores nos hacen ver que ese momento aún no ha llegado. El cambio de tiempo y coger peso, hacen que las molestias reaparezcan.

-          “Ahora me duele más el brazo derecho. Se me alivió, pero esta semana ha vuelto el dolor”.

-          “He tenido dos días en el codo izquierdo una sensación por dentro como quemadura del sol, pero sin ser visible”.

-          “El otro día por la mañana cogí peso, y por la tarde me dolían mucho los hombros. Mi hija Nines me dio una sesión de Reiki y el dolor se fue. Sólo me quedaron unas molestias. Ese dolor era el mismo que sentía antes, pero antes era continuo”.

-          “Esta semana he tenido dolor en el hombro izquierdo, y hasta la mitad del bíceps. Y el derecho algo, pero mucho menos que antes”.

-          “Por la noche también me duele el hombro izquierdo, pero nada que ver con lo que me dolía”.

 

Sin embargo, ella sigue con su tratamiento, ya que nota también otras mejorías: en sus ojos, duerme y descansa mejor, se nota más contenta y con suficiente autoestima, mejora la debilidad que sentía en las manos, baja de peso, mejora los niveles en sus analíticas, la doctora le reduce alguna medicación, su tensión arterial se compensa, le desaparece la hinchazón que tenía desde hace tiempo en manos y en los ojos, entre otras. Y su evolución sigue:

-          “Estoy cada vez notando menos dolor. También en la cama. Antes era insoportable. Por el día, si no hago movimientos de poner los brazos hacia atrás, no me duelen. Yo con tal de no tener dolor, soy muy feliz”.

-         Muy bien, estoy mucho, mucho, muuuucho mejor. Ahora el dolor me viene al hacer un movimiento, pero luego se me quita. Antes era un dolor constante. Al principio cuando me dio, no podía ni andar, empezó por los pies, subió a la cadera, y luego a los hombros. Me daban como pinchazos, y los codos los tenía como en carne viva. Eso de estar en la calle y subir un bordillo… ¡Qué dolores tenía!”.

-          “Me he sentido muy bien. Fenomenal. ¡No tengo dolor en los hombros! Y llevo dos semanas así. ¡No me lo creo yo! Sólo con algún movimiento, pero es pasajero”.

 

Tras el periodo vacacional, Valeriana está dos meses sin acudir a consulta, pero recibe 3 o 4 sesiones de Reiki de su hija, y se mantiene en su evolución.

-          “No he tenido dolor en los brazos. El tendón del brazo izquierdo lo noto cargado y me tira con ciertos movimientos. El brazo derecho muy bien. No me molesta nada, y supuestamente era el que peor tenía”. Al principio de venir a Reiki era: Y tocando sólo con sus manos… ¡cómo me va a hacer nada! Y luego era: Y tocando con las manos, ¿Cómo me ha podido quitar los dolores que tenía? <Ver comentario (1) en GLOSARIO> Lo veía en mi hija, que iba mejor, se está quitando pastillas, y ahora lo estoy comprobando en mí. Es una cosa que, si no la vives, no lo crees”.

-          El brazo izquierdo me ha dado más guerra, está más inflamado, y es que tengo la cervical más cargada. Lo achaco al cambio de tiempo. Si echo el brazo para atrás me tira, pero no como al principio. La Doctora me dice que ya no le digo nada del dolor, y es porque ya no me duele. - ¿Y tomas algo? - No. Le dije que estaba yendo a un señor que me daba Reiki, y me había quitado los dolores <Ver comentario (1) en GLOSARIO>. Y me dijo: <Bueno, si se te ha quitado el dolor, sigue con tu Reiki>”.

 

Pero su mejoría sigue sufriendo alti-bajos:

-          “Esta semana peor, han vuelto los dolores en los hombros, aunque no tan intensos como al principio. Desde hace dos días, que estaba nublado, comencé a notar que se me cargaban los hombros de dolor. La mano izquierda y sobre todo el dedo meñique los noto como que se me duermen a veces, esa sensación es nueva”.

-          “A pesar de haber estado mucho mejor de los hombros estos días, el jueves no podía mover el brazo izquierdo para atrás del dolor. Estuve así 3 días, y hoy ya no me molesta nada. El derecho (el malo), está fenomenal”.

 

Poco a poco, la sensación de dolor generalizado se va particularizando en una zona, de la que Valeriana se percata que puede venir el problema físico.

-          “Sigo con molestias en el brazo izquierdo, sobre todo cuando cojo peso. El derecho me molesta un poco sólo. Me duele el hueso del omóplato Izquierdo (detrás). Parece que el origen del dolor sale de ese sitio. Antes no podía ponerme ni el sujetador, no aguantaba el tirante, me daban pinchazos”.

 

Y el dolor no sólo sigue apareciendo, sino que ahora se desplaza. La energía se está moviendo por la parte izquierda de su cuerpo, hasta situarse en el primer lugar en el que Valeriana comenzó a notar dolor, al principio de su calvario.

-          “Muy mal el punto de dolor, atrás del brazo izquierdo, en el omóplato. Tuve que tomarme una pastilla, y me alivió. Esta semana he ido notando cómo el dolor se iba desplazando por la espalda y me llegaba por la pierna hasta el pie. El dolor que ahora siento es fuerte, pero no tanto como cuando vine”.

-          “El brazo derecho lo tengo muy bien, pero el izquierdo me sigue doliendo. Es un dolor que aguanto pero que no se quita. ¡No sé ya qué hacer! Sigo sin tomar pastillas. El miércoles me empezó a doler mucho, y tuve que pedirle a mi hija que me hiciera Reiki a distancia. Me calmó”.

 

Y sus sensaciones le siguen acercando más a un nuevo foco, origen del dolor:

-         Me llevo dando cuenta que el dolor me viene del lateral del cuello, porque a veces lo noto tenso hasta el lateral del cráneo. No me viene del punto del omóplato”.

-          “Si, el dolor me viene de un tendón de las cervicales, porque cuanto más inflamado lo tengo, más me tira el brazo y me duele el hombro”.

 

En su proceso existen luces y sombras, pero esas sombras son más tenues, comparando con el periodo antes de comenzar su tratamiento de Reiki.

-          “Toda la semana con dolor de todo el brazo, pero por la noche y la mañana me levanto sin dolor, que antes no podía ni dormir”.

-          “Desde que salí de la sesión anterior, noto fenomenal el brazo derecho, ya no noto molestia para nada, ni siquiera cuando giro el brazo para atrás”.

-          “El brazo izquierdo lo tengo mejor, pero el punto de la espalda me sigue doliendo de vez en cuando. Me da un latigazo porque sí, y el dolor me sube hasta la parte izquierda de las cervicales”.

-          “Muy bien el brazo, pero ahora se me ha puesto dolor en la mano izquierda. Cuando tengo que coger algo de peso, me duele algo el brazo. Es coger 1 litro de leche y no puedo con ello. Me tira desde arriba del codo. La zona del hombro donde llevaba la mochila, me empezó a dar pinchazos como si se estuviera cristalizando. Nunca había tenido esa sensación. Muy molesta. Me dio mi hija una sesión de Reiki y se me pasó”.

-          “Muy bien, pero que muy bien, y llevo así 3 semanas. Se me ha quitado la inflamación del brazo izquierdo.  Estoy contenta porque creí que no lo iba a conseguir. Y es increíble, sin tomar pastillas y sin nada. Creí que iba a estar ya con ese dolor toda mi vida. Pero no tengo fuerza en los brazos porque voy a coger un cepillo para barrer y no puedo. Hace 2 semanas notaba debilidad en la mano y brazo izquierdo, ahora lo noto en los dos”.

-         Al principio no creía en nada de esto, ahora sí porque no estoy como estaba. Como se suele decir: Ver para creer”.

 

La evolución de Valeriana parecía de nuevo ser muy positiva, sin embargo, durante las vacaciones de navidad, vuelven los dolores, aunque con menor intensidad que cuando empezó la terapia.

-          “Me duele el hombro izquierdo desde el primer día de fiesta, tal vez por coger peso. Hacía mucho tiempo que no me dolía así. Por la noche no sé cómo poner el hombro. Y lo que también me duele es el bíceps izquierdo, como si tuviera una contractura ahí. Sigo con la debilidad de las manos”.

 

Sin embargo, tras sólo dos sesiones de Reiki, la mejoría vuelve y comienza de nuevo a sentirse bien.

-          “He estado toda la semana bien, y si me duele, hago las respiraciones y eso me ayuda”.

[Eckhart Tolle dice que el dolor no soporta ser observado].

-          “Muy bien, muy bien, muy bien. He estado casi toda la semana bien. Firmaba. Sólo tuve un punto de dolor, delante ahora del hombro, pero se me ha quitado el dolor del bíceps. Estos días que no me ha dolido, he cogido bien el brick de leche. Tengo más fuerza, menos debilidad”.

-          “Antes de navidad fui a un fisioterapeuta, y me dijo que en el omóplato izquierdo tenía una contractura, que es donde me dolía. Me lo quitó y dejó de dolerme. Pero ahora estoy notando de nuevo ese punto detrás de la espalda al ponerme la mochila”.

 

Tanto la manipulación como ciertos medicamentos, ayudan a aliviar una dolencia de forma momentánea. Pero si no se libera la tensión emocional, que es lo que causa el dolor, éste volverá tarde o temprano si se deja de aplicar la manipulación o la medicación, o necesitará de medicación más fuerte, o de uso más prolongado.

 

Reiki nos puede ayudar a liberar la causa que provoca las tensiones emocionales, pero antes de eso, podemos sentir alivio del dolor, de las afecciones, o los síntomas en nuestro cuerpo. Pero de igual manera, si dejamos la terapia antes de haber liberado la causa que provoca el dolor o la afección, éstos también volverán, tal y como podemos observar durante los parones vacacionales de Valeriana. También es cierto que comienza a notar una pronta mejoría al reanudar el tratamiento.

 

Tras el primer año de terapia con Reiki, Valeriana ha notado grandes avances en todos los sentidos, y los dolores que siente en los brazos y hombros han disminuido notablemente, tanto en intensidad como en duración.

 

Durante su segundo año de tratamiento, ha estado entre estados de bienestar y molestias, pero ahora puede ya estirar bien los brazos sin miedo, llegando a más sitios. Antes no podía limpiar los cristales, y ahora no tiene ningún problema. En este proceso, los dolores pasaron a simples molestias, y sólo de vez en cuando. Algunas las achaca al cambio de tiempo, otras por levantar carga con ciertos movimientos cuando está en el gimnasio, al que se apuntó. Pero tras un tiempo, las molestias-dolores que sentía las tardes que iba al gimnasio, y que le hizo pensar en dejarlo, fueron desapareciendo también.

 

Y ocurren ciertos cambios, que parecen tener relación:

-          “Coincide que estas dos semanas, que no noto dolor ni tensión en brazos ni omóplato, he comenzado a percibir mis pies más fríos. No con tanto calor. No es normal en mí pues siempre duermo con los pies destapados, hasta en invierno. Siempre los he tenido con mucho calor. No podía ponerme calcetines. Ahora eso está cambiando”.

 

Es curioso notar que, aunque Valeriana comenzó su tratamiento por dolores en sus hombros y brazos, dice que todo empezó con dolor en los pies. Y en estos momentos de notable mejoría, presenta también un cambio en sus pies.

 

Tras un periodo de ausencia de dolores, se percata que ni el cambio de tiempo ni el coger carga le impiden seguir encontrándose bien.

-         Llevo ya un mes sin dolor de brazos, ni siquiera el dolor del hombro al codo izquierdo de antes. Estoy contenta. Se me ha quitado el dolor del omóplato, y sigo yendo a gimnasia, y ayer hice pesas. Yo antes tenía como un tendón inflamado o algo en el cuello, que me bajaba por todo el brazo. Tenía ahí algo que no era mío y creo que el dolor me venía de ahí. Ahora ya no lo noto”.

-          “¡Con los dolores que he pasado! Antes de venir aquí estuve 1 año de hospitales y no encontraban lo que tenía. Me decían que era obsesión mía, porque nadie va por un dolor sólo. Y les decía: No puedo andar, los brazos no los puedo mover… No sé entonces qué hacer”.

-          Ya muy bien, porque el cambio de tiempo no me afecta a los brazos. Ahora puedo tocarme sin problema la espalda con el brazo izquierdo. Antes sólo podía hasta la cintura”.

 

Y es que Valeriana, que durante el segundo año continuó recibiendo tratamiento para tratar además otras de sus afecciones, poco a poco fue profundizando en la causa que le provocaba los dolores.

-          “Allí en el pueblo estoy tan bien. Llego aquí, y empieza a molestarme el hombro izquierdo. Creo que es porque allí estoy con las hijas y nietos, y aquí me encuentro sola. Antes odiaba estar sola en casa y salía a la calle, Ahora no. El que mi casa se encontrara vacía de repente, supuso una CARGA para mí”.

 

Esa CARGA emocional, la mente la interpreta como una CARGA física que debe de llevar a cuestas, sobre los hombros, y de ahí, posiblemente los dolores que empezara a sufrir hace unos años, y que fue el motivo de conocernos. Desde las primeras sesiones de Reiki que recibió Valeriana, los dolores comenzaron a aliviarse y, después, a sentir un cuerpo fuerte y sano. Y es que como luego dijo: “Ahora me encuentro a gusto en mi casa”.

 

Sin darse cuenta, Valeriana poco a poco fue adentrándose en el conflicto emocional que le provocaba estrés y tensión física, para liberarlo y sanarlo. Y así nos hace partícipes de los cambios profundos que está consiguiendo, y que repercuten directamente en su bienestar y, por consiguiente, alivia su dolor.

-          “Estoy feliz de la vida. Ayer noche lo estaba pensando yo. ¡Qué cambio he dado en la vida! Estoy más contenta, no gruño tanto cuando mis hijas no vienen a verme, porque pensaba que tenían que estar pendientes de mí. Y generaba mal ambiente alrededor, para ellas, para mí, para todo. Yo ya no voy a los médicos. Si siguiera con ellos esto me dolería aún.  La doctora se sorprende cuando le digo que ya no me duele. Y es que me encuentro ahora mejor de salud que cuando tenía 40 años”.

-          “Cuando vine a Reiki, aún seguía tocada mentalmente con la marcha de mi marido, y eso hacía ya 10 años. Aún venía con rabia, yo que nunca había dicho palabrotas… Pero esto tuyo… <Dios me vino a ver>. Sentía rabia porque no superaba lo que me había pasado. Con Reiki me he ido tranquilizando, y me vino paz”.

-         Con los dolores estuve 2 años, y no se me pasaban, hasta que vine aquí”.

 

Aquí el proceso vivido por Valeriana, y su resultado, después de que los médicos le dijeran que el dolor que sentía sería crónico.

 

 

 

Tras leer el testimonio, su hija Nines escribe:

Hola, muy intenso. Muchas gracias. Le ha cambiado la vida, vive el aquí y el ahora y sin el runrún en la cabeza, y sin quejarse de que qué hace aquí en este mundo, gracias gracias gracias ♥️

 

 

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