Esther (45 años): 

Se inicia en Reiki

Recibe Tratamiento Reiki

"Lo que no imaginaba es que Reiki cambiaría tanto mi entorno, incluso antes de que yo empezara a mejorar. Con la primera iniciación que recibí, mi hijo ya cambió. [...]

A veces tengo momentos que me observo y pienso: “Qué bien estoy”, estando sentada en mi terraza, por ejemplo. Es como cuando estás de vacaciones o estás feliz por algo que te ha pasado, pero esto es diferente. Es más profundo, es una paz interior."

 

Sobre cómo mi hijo cambió en cuanto yo empecé Reiki

  

Empecé a hacer un curso de Reiki porque buscaba encontrar paz interior, llevaba mucho tiempo estresada y sin tiempo para mí, lo que no imaginaba es que Reiki cambiaría tanto mi entorno, incluso antes de que yo empezara a mejorar. Con la primera iniciación que recibí, mi hijo ya cambió, siempre fue un niño difícil, digo “fue” porque su actitud y su carácter han cambiado notablemente. Diagnosticado por el psicólogo con un “trastorno negativista desafiante” la convivencia ha sido muy difícil desde que tenía 3 años. En ese momento yo tuve un aborto y él estaba muy ilusionado con tener un hermano que nunca llegó. A partir de esto todo cambió. Teníamos discusiones con él a diario, no toleraba un No por respuesta, llevando la contraria con todo, gritándonos y tratándonos mal a su padre y a mí. La situación era agotadora emocionalmente para nosotros. 

 

Después de que yo empezara con Reiki él ha cambiado por completo, incluso ha recibido el alta de su Psicólogo. Ahora es más paciente, más responsable con sus estudios, no hay que pedirle que estudie o haga sus deberes; se puede hablar con él sin que se frustre, razona las cosas, se relaciona mejor con sus iguales y se le ve más feliz. Ahora es capaz de pedir perdón cuando sabe que no se ha comportado correctamente. A sus 11 años él es consciente de ese cambio y dice que su “mente es más fuerte”.

 

 

Indudablemente, cuando se mantiene un estado de tensión en un periodo largo de tiempo, ese estado se retroalimenta y es difícil salir de él, a no ser que una de las partes decida hacer un cambio en sí mismo. A partir de ahí se produce EL CAMBIO.

Ricardo H. S.

 

 

Sobre mi proceso con Reiki

 

Motivo de la consulta: Lo que necesito en mi vida es estar tranquila, tener paz interior. Llevo años acelerada interiormente. Voy con estrés a todos los lados. Se me pasa la vida corriendo y no disfruto de las cosas. Si yo no estoy bien, cualquier cosa me genera ansiedad.

 

 

Siempre he sabido que tras un cabreo fuerte me venía después dolor de cabeza, y contractura de cuello y trapecios, por lo que me tomaba una pastilla antes del dolor. Sin embargo, era algo habitual en mí una sensación de que todo lo que había a mi alrededor me agredía, y claro, estaba a la defensiva. A mí me dolía el cuello día sí y día también. Ahora todo ha cambiado, hace muchísimo tiempo que no tengo ningún cabreo de los fuertes, y ya no noto el cuello contracturado.

 

Como decía antes, me enfadaba muy rápidamente. Me decía que no podía irritarme tan fácilmente pero no lo lograba. Ahora estoy super tranquila, feliz, como he querido estar siempre. Veo también que mi pareja está mejor, más tranquilo. Una cosa curiosa.

 

Además, tengo más control ante el enfado. Tras una discusión con él no me sentí tan mal como hace meses. No me sentía tan ofuscada, pero sí tenía la idea de que me tenía que poner seria, y le mostré mi enfado. Era un enfado como más relajado. Me siento calmada hasta en discusiones.

 

Si antes me decían algo que me molestaba, podía responder provocando una discusión, o no, pero me lo guardaba. Ahora es que ni me molesta.

 

Con Reiki me noto que voy más ralentizada, como los hippies, flotando en mi nube. Hacía tantísimos años que no sentía esa sensación de tranquilidad, incluso de músculos, huesos, pecho. Es raro porque no es mi estado natural, pero estoy feliz por sentirme así.

  

 

Llevaba un mes de baja por ansiedad y no mejoraba nada, y era algo que me preocupaba porque ni con medicación me calmaba como en otras ocasiones. Realmente empecé a sentirme mejor de la ansiedad cuando empecé con Reiki.

 

 

Ahora noto que físicamente me empiezo a ver mejor. Debe ser que me estoy empezando a aceptar. Antes me veía horrorosa, y ahora con los mismos kilos me veo bien.

 

 

A veces tengo momentos que me observo y pienso: “Qué bien estoy”, estando sentada en mi terraza, por ejemplo. Es como cuando estás de vacaciones o estás feliz por algo que te ha pasado, pero esto es diferente. Es más profundo, es una paz interior.

- ¿Desde cuándo no te encontrabas así?

- ¡Buf! desde hace muchos años. Cuando era joven. Y cada vez tengo más momentos de esos.

 

 23 de noviembre de 2018

 

 

Antes, Esther reaccionaba a los estímulos externos como ella dice, enfadándose rápidamente. En su estado, uno no puede controlar aquello que de repente surge de dentro. Pero a medida que va haciendo Reiki, la reacción cambia por acción, se empodera y va siendo dueña de sus actos. Después tuvo la necesidad de mostrar su enfado, y así lo hizo, pero de una manera muy diferente.

Reiki hace que seamos más conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, y eso permite ser dueños de nuestros actos.

Ricardo H. S.