Reiki y Corazón

Para el tratamiento con Reiki de personas con problemas del corazón, se realiza de la misma manera que otras afecciones: incidiendo más tiempo en aquellas zonas corporales que demanden más energía.

 

Debemos prestar especial atención a los aparatos eléctricos insertados en el cuerpo, tipo marcapasos. En estos casos, vamos a evitar tocar la zona que los contiene. Podremos poner nuestras manos en otros lugares, y la energía que fluye por ellas irá allá donde la persona lo demande, pero no mantendremos nuestras manos sobre ningún aparato eléctrico cuando practicamos Reiki.

 

 

 

Las investigaciones han demostrado que el estrés y las emociones de todo tipo se reflejan en nuestro patrón de ritmo cardíaco. Esto se debe a que lo que estamos sintiendo provoca cambios en la actividad de nuestro sistema nervioso que afecta el patrón del ritmo cardíaco.


Este patrón se transmite desde el corazón a los centros cerebrales superiores e influye en la forma en que el cerebro procesa la información. Los sentimientos de frustración ("Frustration" en la imagen) y ansiedad hacen que el ritmo cardíaco se vuelva más desordenado e irregular, lo que inhibe la capacidad de funcionamiento de los centros cerebrales superiores y provoca una fuga en los niveles de energía. Por otro lado, los sentimientos de amor y aprecio ("Appreciation" en la imagen) y ansiedad hacen que el ritmo cardíaco se vuelva más desordenado e irregular generan un patrón de ritmo cardíaco suave, lo que promueve un funcionamiento superior del centro cerebral, aumentando el discernimiento para la resolución de problemas y el recuerdo de la memoria. Las emociones positivas producen ritmos cardíacos más ordenados y coherentes, lo que reduce el caos del sistema nervioso y facilita la función cortical.

HeartMath Institute

 

Tal y como transmite el HearthMath Institute, en California, tras más de 25 años de investigación sobre el estrés, el estado emocional tiene una repercusión notable en todo el cuerpo, y en el funcionamiento de nuestro corazón.

 

Sois ya muchos los que nos decís que tras comenzar a trataros con Reiki, vuestras emociones se tranquilizan y os sentís menos alterados. Es por tanto, que vuestro cuerpo descansa, y el corazón rinde mejor.

 

 

Candelas A. S. (55 años): 

Recibe Tratamiento Reiki

Se inicia en Reiki

 

Nos complace compartir este testimonio en el que la persona experimenta, una vez más, un cambio importante en su salud y en su estado de ánimo.

 

Cande se puso en contacto con nosotros a través de un curso anual de Meditación. Por aquel entonces sufría, además de otras patologías que no vienen al caso en este apartado, las siguientes: 

- Miocardiopatía Hipertrófica Severa

- Fibrilación Constante

- Arritmias

- Broncoespasmos

- Apatía

 

Además:

- Había pasado por una muerte súbita. Como ella dice: "Me morí"

- Está a la espera de una operación de corazón

- Tiene un DAI (Desfibrilador Automático Implantable) insertado en su cuerpo

 

Tras apuntarse también al curso de Reiki de nivel 1, y comenzar a recibir Terapia de Reiki, algo comienza a cambiar:

 

"Siento molestaros, pero ¡¡¡estoy tan contenta!!! He tenido cardiólogo hoy y tengo... ya no tengo tan mal el corazón. Sí, en algún momento tendrán que hacer el trasplante, pero "ya hablamos de algunos años". ¡¡¡Bien, bien biennn!!!

 

Eso sí, tengo que dejar de fumar y adelgazar por lo menos 10 kg que era mi miedo, pero como aquí no se habla de un médico en particular, sino de un equipo, pues me ha tocado un Cardiólogo más joven y ha entendido que el verano/calor me aplatana y no saliera de casa. Pero estaban contentos (luego ha venido otro), aunque no saben cómo, porque he mejorado mucho y el año pasado cuando fui las 2 primeras veces pensaban que tenían que hacerme el trasplante en meses.

 

¡¡¡Gracias, gracias, gracias!!! Porque yo sí sé que vosotros me habéis devuelto las ganas de vivir y me habéis dado algo en lo que creer."

 

26 de septiembre 2018

 

 

En su testimonio en video, Cande nos explica su evolución con Reiki...

 

 

3:01 a.m.

"Pues nada, aquí estoy más despierta que si fuese de día. Mi marido se nos ha puesto a gritar, llamándome como un loco, y he salido, mi hijo detrás de mí, gracias a dios, porque le estaba saliendo la sangre a chorros por las cánulas de la diálisis, yo he gritado y mi hijo ha ido a intentar taponar la sangre, y yo llamando a Urgencias. Obviamente, yo tengo el corazón a mil por hora. Mi hijo me ha mandado a mi habitación porque estaba y estoy de los nervios y con el corazón a mil por hora. Estaba yo ya tan tranquilita y ¡hala!

 

Ahora ya ha pasado, ya no sale sangre y no ha hecho falta llevarle a Urgencias. Otra de tantas nochecitas..."

 

 

Ricardo: "Observa Cande cómo has respondido, y cómo lo ha hecho tu corazón, ¿Tal vez con mayor fortaleza?"

 

 

"Ricardo, quizás mi corazón ha respondido mejor, sí... hace años probablemente me hubiese desmayado o me hubiese puesto a vomitar... nunca soporté ver sangre y menos así.

 

En cierto modo, pensándolo ahora, si estuve más centrada... no me puse histérica, vamos. Y después dormí profundamente, no estuve dándole a la cabeza ni un segundo. Antes me quedaba histérica y echando pestes mentalmente toda la noche...

 

Además, ahora me levanto por las mañanas tranquila y en paz, sin tener la cabeza con mil pensamientos al mismo tiempo."

 

22 de enero de 2020

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