Iván R. M. (39 años): 

Recibe Tratamiento Reiki

Se inicia en Reiki

"A partir de que estampé un móvil en el suelo delante de todos, se comportan de forma diferente conmigo. He roto móviles, TV, paredes, lo que tuviera entre las manos por los ataques de rabia que tenía.

Le daba muchas vueltas a un negocio que cerré hace 5 años, a las personas que me hicieron algo y antiguas parejas, y eso me amargaba el día.

Me levantaba con mal humor, descontento con la vida. Lo que sentía era asco por la vida.

Ahora todo eso ha cambiado."

 

En su momento, Iván llegó a competir y estar reconocido en el mundillo del skateboard, llegando a vivir incluso de ello con patrocinios.

 

 

 

Motivo de la consulta: Vengo a terapia de Reiki porque no sé enfocar cuál es mi problema, y la frustración que llevo arrastrando está saliendo a través de ataques de ira, y luego me quedo peor. Esto se refleja en una apatía día a día. Pongo pegas hasta para ir de vacaciones.

 

Hace 2 años fui diagnosticado de ansiedad y depresión, y estoy medicado.

 

Hice yoga, pero lo dejé porque no me relajaba. Sé que la meditación me vendría bien, pero a veces cierro los ojos y no puedo, me pongo muy nervioso.

 

Tras la primera sesión de Reiki noté una sensación de paz que me dura todo el día. Y logro controlar una situación ante mi novia, sin ofuscarme como otras veces. Parece una tontería, pero he visto un cambio. Tampoco tuve ansia compulsiva por fumar, y sólo fumé tres. Por la mañana tuve sólo una arcada, y no llegué a vomitar.

 

 

Emociones de Ira – Rabia

Estoy aprendiendo en un Centro de Tattoo, pero a partir de que estampé un móvil en el suelo delante de todos, se comportan de forma diferente conmigo.

 

He roto móviles, televisores, paredes sobre las que los tiraba, he dado golpes sobre la mesa y lanzado lo que tuviera entre las manos, motivado por los ataques de rabia que tengo.

A partir de la tercera sesión de Reiki, me noté que no me dejaba llevar tanto por el enfado. Era más consciente y lograba tranquilizarme. Antes me pasaba el día entero mosqueado, y al otro hecho polvo, depre y sin fuerza. Sin embargo, a partir de esa sesión, los ataques de rabia que me daban empiezan a perder fuerza.

 

No recuerdo ningún momento en el que haya estado tanto tiempo sin romper algo.

 

Ahora me veo desde fuera y me digo: ”¿Cómo era tan gilipollas?”

 

Me encuentro más relajado, mejor. Creo que lo que estamos haciendo está dando sus frutos.

 

Ante una situación con dos personas, que anteriormente hubiese acabado en pelea, actué con tranquilidad evitando el enfrentamiento. Hasta mi novia se sorprendió.

 

En general me siento más equilibrado. Ahora no me preocupo de la gente, de si aquel me mira, o de si éste me ha dado un golpe al pasar o me ha quitado el sitio. Me molestan menos los demás.

 

Llevaba muchos años chocando con la gente. Si antes me dejaban tirado o me anulaban una cita se lo hacía notar de mala gana. Ahora no me mosqueo y en lugar de recriminárselo, le transmito tranquilidad. ¡He derribado esa pared!

 

 

Trasmuta su actitud y pensamientos derrotistas

Hay algo en mí que la gente que está alrededor le molesta. Es mi actitud ante la vida.

 

Creo que atraigo lo que no quiero. Busco siempre el lado negativo, y yo creo esas situaciones.

 

No logro cerrar las cosas. Le doy muchas vueltas a un negocio que cerré hace 5 años, a las personas que me hicieron algo y antiguas parejas.

 

Ahora estoy más tranquilo, se supone, al estar en el paro, pero si algo me ocurre me mantengo semana y media hundido.

 

Me siento quemado con la gente, los vendedores de alarmas, tatuadores o quienes sean.

 

Ni siquiera escuchaba a los demás para oír su opinión, sólo valía lo que yo decía. Ellos se desesperaban.

 

Veía sólo lo negativo en cosas buenas, nada me servía.

 

Me levanto con mal humor, descontento con la vida. Lo que siento es asco por la vida.

A medida que avanza el tratamiento Reiki, noto la sensación de que todo se va equilibrando, buscando un punto medio. Ni lo malo es tan malo ni lo bueno tan bueno.

 

Noto que estoy diferente, un día iba por la calle rumiando en mi cabeza sobre una conversación con alguien, por lo que le iba a decir, y me dije a mi mismo que disfrutara del paseo, de lo que estaba haciendo. Antes ya lo sabía, pero nunca antes lo había logrado.

 

En general me siento más consciente. Ante un cliente al que espero, si me inquieto me pongo a respirar y me calmo. Estoy mucho más en el presente que antes.

 

Ahora cuando me vienen cosas del pasado, no me afecta de la misma manera, ya no sufro. Alguna mañana me sigo levantando con esa sensación de estar mal, y lo mismo que otras veces me hubiese enganchado a ella hasta que se me pasase, uno o dos días después, esta vez logro superarla en el momento.

 

Ahora estoy bien, estoy tranquilo. Ya no estoy rumiando las desdichas que antes no dejaba pasar. Ante pensamientos repetitivos, ahora los trabajo y no me amargo el día como antes.

 

Si veo a alguien con el que tengo algo pendiente, ya no me llevo ese recuerdo a casa. Ahora no quiero estar incómodo ni tener historias malas o raras con nadie. El otro día me reconcilié con una persona que en otra ocasión quiso intentarlo, pero no se lo permití.

 

Patinando me encontré con otro que no me ha dirigido la palabra, y no me he “rayado” por ello. Antes no hubiera dejado de darle vueltas a la cabeza.

 

Ante la negativa de un posible trabajo, antes hubiera dado cien mil millones de vueltas para “rayarme”. Ahora lo percibo de otra manera, porque si no es éste será otro. Me siento más esperanzado.

 

Tengo la sensación de que todo, poco a poco, está yendo a su sitio. Esta sensación es una de las pocas veces en mi vida que la estoy teniendo. Esta seguridad no la he tenido nunca. Saber que todo se va a arreglar, que todo se pone en su sitio en el momento que tiene que ser.

 

Ahora noto que la gente se siente a gusto conmigo al lado. Esto no lo sentía desde que monté el negocio, hace 15 años.

 

 

Descanso nocturno

 

Duermo ahora muy bien, y lo achaco a bajar el ritmo de mis pensamientos y calmarlos. Sigo teniendo pensamientos, pero ahora trabajo con ellos como he aprendido en la terapia de Reiki.

 

Antes tenía sueños interrumpidos, me acostaba sobre las 3 a.m. y me despertaba sobre las 5 a.m., luego a las 7 a.m. me levantaba descontrolado. Ahora me estoy “metiendo unas sobadas” de escándalo. Ocho horas o más de sueño.

 

Antes según me despertaba, ya estaba la “turbina” (cabeza) dándome vueltas. Cogía el móvil nada más despertar. Ahora ya no tengo esa necesidad. La “turbina” ya no la siento de esa manera.

 

 

Desayuno y vómitos

 

Para desayunar no me entraba nada, tan solo un café, y era para acompañar la pastilla, pero llagaba incluso a vomitarlo. Lo he asociado a los nervios - ansiedad. Llevaba así desde los últimos años de negocio, hace más de 5 años.

 

Ahora desayuno bien, se me han quitado las náuseas y no he vuelto a vomitar. Tengo el cuerpo más asentado.

 

 

Marihuana

Desde hace año y medio fumo marihuana. El hábito autodestructivo me da por fumar ya por la mañana, incluso en lugar de desayunar. Habitualmente fumo 8-10 al día, pero he llegado a fumar mucho, uno detrás de otro, todo lo que da el día.

Tras la segunda sesión de Reiki: “Estoy sorprendido conmigo mismo porque ayer sólo fumé 2, y compartidos, porque no tengo la necesidad de antes. ¡¡He rebajado la dosis de forma espectacular!!”

 

Aunque eso fue algo puntual. Sigo fumando y bebiendo, pero no fumo tanto como antes, y cuando lo hago, lo hago de forma menos compulsiva. Ahora no tengo esa ansiedad de autodestrucción.

 

Un día compré un cigarrillo electrónico y empiezo a reducir así el consumo de "María".

 

Al fumar menos, me siento con más energía y le doy menos vueltas a la cabeza con el tema de mis amistades. También toso menos.

 

 

Mayor necesidad de moverse y de hacer cosas

He sido patinador, pero ya ni me motiva salir.

Durante el tratamiento, me encuentro menos vaguete, menos pasivo. Estoy haciendo más cositas, en lugar de quedarme en casa.

 

He vuelto a patinar (Skate) y cada vez lo paso mejor.

 

 

Otros avances

 

Las navidades no son fechas que me gusten mucho, incluso otros años me dan bajón. Pero esta vez no las estoy sufriendo como antes, no estoy tristón. Tras las fiestas me doy cuenta que han sido las mejores navidades de los últimos años. He estado tranquilo.

 

Me he estado dando cuenta que está habiendo cambios importantes en mí, de los logros que estoy consiguiendo.

 

Tengo de nuevo intención de apuntarme a yoga.

 

He hecho el curso de Reiki Terapéutico nivel I, y ahora también me puedo dar Reiki a mí mismo.

 

Con la supervisión de mi médico, he suprimido las pastillas que tomaba para la ansiedad, y me encuentro hasta mejor que antes. No me duele la cabeza, ni ansiedad ni nada.

 

Considero que tengo más creatividad, y eso es importante para los diseños en tatuaje. Por primera vez en mi vida veo claro que lo que estoy haciendo ahora, tatuar, es a lo que me voy a dedicar. Antes de empezar la terapia de Reiki no tenía esa confianza.

 

Me he dado cuenta que la cerveza no es lo mío, que no me sienta bien, que por la mañana me entran nauseas, y estoy consumiendo menos, estoy fumando menos. Estoy comiendo mejor. Estoy cogiendo las riendas de mi vida otra vez. Cuando estás mal no quieres poner ni la lavadora. Ahora todo ha cambiado.

 

 

 

Procesos de depuración

Un proceso de depuración es un síntoma físico o emocional que puede ocurrir durante un tratamiento con Reiki y nos ayuda a limpiar bloqueos energéticos y evolucionar.

 

- Mayor necesidad de ir al baño

- Mayor sudor y olor corporal

 

 

 19 de octubre de 2018